La digitalización y la productividad en la industria están estrechamente relacionadas. La digitalización consiste en la integración de distintas tecnologías digitales en las operaciones industriales, transformando la forma en que las empresas operan y ofrecen valor a los clientes, o, dicho de otra manera, mejorando la productividad en la industria.
Uno de los aspectos fundamentales de la digitalización orientada a la mejora de la productividad de las empresas industriales es la reducción de tareas manuales.
Actualmente, las tecnologías digitales permiten automatizar las tareas repetitivas, reduciendo la necesidad de intervención manual, lo que se traduce en la aceleración de los procesos de producción y la reducción de errores humanos.
Otro de los puntos a tener en cuenta es la mejora en la toma de decisiones, apoyada en datos y análisis en tiempo real. La digitalización proporciona información que permite a los directivos tomar decisiones informadas rápidamente, lo que ayuda a optimizar los programas de producción, gestionar las cadenas de suministro y responder a los cambios del mercado.
En cuanto a aplicación directa de estos datos en tiempo real, el mantenimiento predictivo, por ejemplo, toma notoriedad, ya que las empresas industriales pueden predecir cuándo es necesario el mantenimiento, lo que reduce el tiempo de inactividad y prolonga la vida útil de la maquinaria.
Digitalización y productividad en Industria
Las tecnologías digitales como la Inteligencia Artificial y el aprendizaje automático pueden supervisar y controlar los procesos de producción para mantener una calidad constante. Los controles de calidad automatizados pueden detectar defectos en una fase temprana, lo que reduce los residuos y las repeticiones.
A todo esto, hay que añadir además la trazabilidad, al permitir los sistemas digitales registros detallados de los procesos de producción, facilitando el seguimiento y el tratamiento de los problemas de calidad, garantizando el cumplimiento de las normas del sector.
Por otro lado, la digitalización proporciona visibilidad de extremo a extremo de la cadena de suministro, desde las materias primas hasta los productos acabados, lo que ayuda a identificar cuellos de botella, optimizar los niveles de inventario y mejorar la coordinación con los proveedores.
En este sentido, la analítica avanzada y el aprendizaje automático pueden mejorar la previsión de la demanda, lo que lleva a una mejor gestión del inventario y a reducir las roturas de stock o la sobreproducción, por ejemplo.
Adaptación y personalización de la producción
Las tecnologías digitales permiten procesos de fabricación más flexibles que pueden adaptarse rápidamente a los cambios en el diseño del producto o las preferencias del cliente. Esto favorece la personalización masiva y la reducción del tiempo de comercialización.
En última instancia, la digitalización permite a los fabricantes ampliar o reducir las operaciones en función de la demanda, lo que mejora la capacidad de respuesta y la eficiencia.
Soporte remoto en Industria
La digitalización permite la supervisión y el control remotos de los procesos de producción, lo que permite a los directivos supervisar las operaciones y realizar ajustes sin estar físicamente presentes, lo que supone un enorme ahorro de costes y tiempo, aumentando así la productividad.
Además, la digitalización en Industria permite optimizar el uso de la energía en los procesos de producción, reduciendo los costes y el impacto medioambiental, algo cada vez más importante en la actividad diaria de las empresas.
Y en cuanto a recursos, el análisis de datos puede identificar áreas en las que se están desperdiciando recursos (materiales, agua, energía) y sugerir mejoras, lo que conduce a operaciones más sostenibles.
En definitiva, la digitalización en la industria conduce a mejoras significativas de la productividad mediante la automatización de procesos, la mejora de la toma de decisiones, la mejora del control de calidad, la optimización de las cadenas de suministro y el fomento de la innovación.
Transforma la fabricación tradicional en un sistema más eficiente, sensible y sostenible, contribuyendo en última instancia a una mayor competitividad y crecimiento del sector industrial.